miércoles, octubre 8, 2025

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Wellness en Bogotá: el spa del JW Marriott lanza un tratamiento para recargar cuerpo y alma

El tercer trimestre del año abrió con un concepto poco habitual en el mundo del wellness corporativo. Presence Spa & Wellness Center, ubicado dentro del JW Marriott Bogotá, activó su Ciclo de Plenitud 2025 con la propuesta Temporada de Energía, una experiencia que no promete desconexión sino algo más desafiante: una reconexión activa con el cuerpo desde la calma.

Detrás de esta iniciativa no hay grandes promesas ni fórmulas milagrosas. La apuesta gira en torno a lo sensorial, lo táctil y lo presente. El ritual central, llamado Elixir de Vitalidad, se apalanca en prácticas ancestrales —como el masaje lomi lomi de origen polinesio— combinadas con lavanda tibia, zonas húmedas y un cierre simbólico con vino. No es una idea nueva, pero sí es una curaduría interesante para un público que ya no busca solo relajación, sino recuperar energía sin forzar el sistema.

“El cuerpo se entrega desde el primer momento a los movimientos largos y envolventes de esta técnica polinesia, mientras la mantequilla tibia de lavanda penetra la piel, calma, nutre y despierta”, comenta Juliana Bernal, Hotel Manager del JW Marriott Bogotá. La experiencia se completa con un masaje cráneo-facial que, según Bernal, permite “aflojar la mandíbula, aligerar el gesto y dejar el rostro con una suavidad que se nota por dentro”.

Aunque en esencia es una hora de tratamiento, los momentos se estiran. Hay vapor, agua fría, sauna y un diseño que evita caer en el sobreestímulo.

“Es como si la energía se reordenara, pero suavemente, sin ruido, sin prisa”, añade Bernal. La propuesta también toca un punto sensible: no hay pretensión, ni exceso de narrativa. Solo una invitación directa a recuperar el ritmo sin obligar al cuerpo a más de lo que puede.

El precio individual del ritual es de $359.000 por sesión de 60 minutos. Existe también una opción para parejas por $765.000, lo que posiciona la experiencia en el segmento medio-alto del mercado wellness capitalino. La tarifa no es menor, pero para quienes han convertido el autocuidado en parte de su rutina profesional, la propuesta puede hacer sentido.

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Más allá del marketing, esta “temporada” se convierte en una excusa concreta para pausar —sin detenerse— en medio del ruido de la ciudad. Estará disponible solo durante julio, como primer capítulo de un ciclo más amplio que seguirá con “Reconexión” en agosto y “Balance” en septiembre. La apuesta está clara: rituales secuenciales para quienes ya entienden el bienestar como un proceso, no un lujo ocasional.

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Reservas y detalles logísticos están disponibles directamente con el spa, sin necesidad de ser huésped del hotel. Una ventaja que le abre la puerta a un público más diverso y urbano, ese que valora el bienestar como parte de su rutina ejecutiva, no como escape.