martes, octubre 7, 2025

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Mondelēz pone la lupa en la inseguridad alimentaria y el desperdicio de comida en Colombia

La conversación sobre hambre y desperdicio de alimentos en Colombia dejó de ser un tema de nicho. Según la FAO, 7,8 millones de personas —casi el 15% de la población— viven en condición de inseguridad alimentaria aguda. A esto se suma otro dato que pesa: cada año se pierden 9,7 millones de toneladas de comida, un fenómeno que refleja tanto fallas logísticas como vacíos en las cadenas de distribución.

En este escenario, Mondelēz International —conocida globalmente por marcas como Oreo, Milka y Toblerone— marcó un punto de acción. La multinacional reportó la donación de más de 86 toneladas de productos, con un valor superior a 75 millones de pesos, canalizados hacia organizaciones locales que trabajan en primera línea con poblaciones vulnerables.

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No se trata solo de una campaña corporativa. El debate sobre food waste y hambre en Colombia plantea una tensión constante: mientras sobra comida en algunos eslabones de la cadena, en otros la carencia es evidente. Y aunque iniciativas privadas ayudan a cerrar esa brecha, expertos insisten en que la magnitud del problema exige políticas públicas más consistentes.

Desde la compañía se enfatizó en la interconexión entre ambos fenómenos.

“El desperdicio de alimentos y la inseguridad alimentaria son problemas interconectados que requieren acciones urgentes. Desde Mondelēz, continuamos con nuestro compromiso de apoyar a las comunidades colombianas mediante donaciones y alianzas que reduzcan el desperdicio y mejoren el acceso a alimentos nutritivos para quienes más lo necesitan”, señaló Luis Gutierrez, Gerente de Asuntos Públicos y Comunicaciones North WACAM & Sustainability Lead.

La donación se enmarca en una agenda más amplia de sostenibilidad que varias empresas del sector de consumo masivo han adoptado en la región. Mientras unas priorizan alianzas con bancos de alimentos, otras se concentran en la optimización de sus supply chains para minimizar pérdidas. Mondelēz parece combinar ambas rutas.

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A pesar de los avances, analistas recuerdan que la cifra de desperdicio —9,7 millones de toneladas al año— sigue siendo un reto estructural. Resolverlo implica coordinación entre empresas, Estado y consumidores, y no depender exclusivamente de programas de donación.

El caso colombiano, entonces, muestra un contraste claro: disponibilidad sí hay, pero el acceso real sigue siendo un desafío. En ese contexto, cada iniciativa aporta, pero la pregunta de fondo es cómo transformar estas acciones puntuales en un sistema alimentario más eficiente y equitativo.