Imagina que cada aprendiz en tu empresa deja de costar la mitad de un salario mínimo… y ahora cuesta uno completo. Eso es exactamente lo que la nueva reforma laboral en Colombia hace: eleva la remuneración de los contratos de aprendizaje y, con ello, el valor económico de cada tarea administrativa.
En la etapa lectiva, la remuneración de los aprendices pasa del 50 % al 75 % del salario mínimo legal vigente, y en la etapa productiva sube del 75 % al 100 % del SMLV.
Esto significa que si antes un registro contable manual costaba “X”, hoy cuesta casi el doble, y no se trata de cifras abstractas: hablamos de millones de pesos adicionales al año por cada equipo de contabilidad, un incremento que obliga a las empresas a repensar sus procesos administrativos y la forma en que asignan sus recursos.
Aprendices, procesos manuales y el agujero negro de la nómina
Históricamente, muchas tareas contables se confiaban a pasantes o auxiliares: causación de documentos, registro de facturas, conciliaciones repetitivas. Con la reforma, esas mismas posiciones se vuelven mucho más caras de sostener.
“Ahora esas posiciones son más costosas y las empresas deben preguntarse si tiene sentido mantener procesos repetitivos en vez de apoyarse en tecnología.”
— Matías Umaschi, CEO de Payana
La pregunta es directa: ¿seguimos pagando más por tareas que podrían automatizarse?
Transformar costos en ventaja: el poder de la automatización
Ahí es donde la tecnología entra al tablero como pieza ganadora: plataformas como Payana permiten automatizar la causación contable, reduciendo tiempos y errores de forma exponencial, con hasta un 40 % menos en procesos administrativos, más del 95 % menos errores manuales y recursos humanos liberados para análisis estratégico y crecimiento.
En otras palabras, un incremento de costos obligatorio puede convertirse en una mejora operativa real cuando se integra inteligencia artificial en el corazón de la contabilidad.
El cambio invisible que redefine la gestión
No se trata solo de salarios o cumplimiento. La reforma expone algo más profundo: la dependencia de procesos manuales es un riesgo económico. Empresas que no adopten automatización están gastando más y obteniendo menos.
En cambio, quienes integran tecnología no solo cumplen la ley: transforman cada peso de nómina en eficiencia, control y capacidad de innovación. La diferencia entre gastar e invertir está, literalmente, en automatizar lo repetitivo y liberar el talento para lo estratégico.
“Payana no reemplaza al talento humano, lo potencia. Permite que los equipos de finanzas dejen atrás lo rutinario y se enfoquen en lo que realmente mueve el negocio.”
— Matías Umaschi
La contabilidad como inversión, no como costo
Piensa en tu nómina como una cartera de inversión. Antes, cada registro manual era un gasto seguro. Ahora, con automatización, ese mismo registro se convierte en un activo: más rápido, más preciso y más estratégico.
La reforma laboral es un llamado: cada peso cuenta, cada proceso importa, y la tecnología decide quién gana la partida.