La inteligencia artificial (IA) está cambiando cómo las empresas manejan sus datos y su infraestructura tecnológica. Cada vez hay más información y mayores necesidades de procesamiento. Por eso, muchas organizaciones están migrando a la nube híbrida, que combina la flexibilidad de la nube pública con la seguridad de la nube privada. Este modelo permite innovar sin perder control ni eficiencia.
Según Gartner, para 2027, el 90 % de las empresas adoptará la nube híbrida. La migración no solo es tecnológica: también reduce gastos, optimiza licencias y mejora la gestión de infraestructura, convirtiendo eficiencia en ahorro real y retorno de inversión.
Para aprovechar al máximo la nube híbrida se necesita un sistema operativo confiable. Uno que soporte tanto cargas tradicionales como aplicaciones de IA generativa. Aquí entra Red Hat Enterprise Linux (RHEL).
RHEL es una plataforma de código abierto que ofrece una base sólida para estandarizar operaciones, reducir la complejidad y mantener una experiencia unificada en entornos híbridos y multicloud.
Thiago Araki, director Sr. de tecnología para Latinoamérica en Red Hat, asegura: “La nube híbrida ya no es una opción, sino una necesidad. RHEL se adapta desde cargas tradicionales hasta el poder de la IA”.
La última versión, RHEL 10, está diseñada para acelerar la adopción de la nube híbrida. Su image mode permite integrar la creación, implementación y gestión del sistema operativo con las aplicaciones, garantizando actualizaciones consistentes y reduciendo errores. Esto se traduce en mayor eficiencia operativa y ahorro de costos.
RHEL 10 también funciona de forma óptima con AWS, Google Cloud y Microsoft Azure, ofreciendo imágenes preconfiguradas y adaptadas a cada entorno.
Paulo Ceschin, director Senior del ecosistema de partners en Latinoamérica, explica: “RHEL 10 es la base ideal para operar dentro y entre nubes, acelerando transformaciones sin perder control ni visibilidad”.
La seguridad es otro pilar de RHEL 10. Incluye Secure Boot, criptografía en capas, computación confidencial y criptografía post-cuántica. Además, su telemetría avanzada permite controlar entornos distribuidos, reduciendo riesgos y aumentando la confianza, especialmente en sectores como finanzas, salud y telecomunicaciones.
Juan Naranjo, Gerente de soluciones Red Hat en Colombia, comenta: “No se trata solo de migrar sistemas a la nube, sino de hacerlo de forma inteligente, manteniendo rendimiento, cumplimiento normativo y seguridad”.
Con Red Hat Enterprise Linux, las empresas aprovechan lo mejor de ambos mundos: la escalabilidad de la nube pública y la seguridad de la infraestructura privada. Esto facilita acelerar transformaciones, simplificar la gestión y escalar aplicaciones de forma confiable, mientras se optimiza la inversión y se reducen costos operativos.
Se estima que el volumen de datos se triplicará para 2032, presionando a las empresas a adoptar soluciones eficientes y seguras. La combinación de nube híbrida, tecnologías abiertas y seguridad avanzada se convierte en un diferenciador competitivo.
En resumen, la nube híbrida y Red Hat Enterprise Linux no son solo decisiones tecnológicas. Son un movimiento estratégico que permite reducir costos, proteger información crítica y acelerar la adopción de inteligencia artificial, transformando la infraestructura en valor tangible y eficiencia económica, y preparando a las empresas para la próxima ola de innovación digital.