martes, octubre 7, 2025

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EN CONTEXTO

Huawei quiere convertir cada MHz en dinero inteligente

¿Y si el verdadero valor de las redes no estuviera en el espectro, sino en la inteligencia que lo gobierna?

Durante años, las operadoras han jugado una partida desigual: más tráfico, más antenas, más inversión… pero con retornos cada vez más ajustados. La ecuación parecía inevitable. Hasta ahora. Huawei ha puesto sobre la mesa una pieza que podría cambiar esa lógica: AgenticRAN, su nuevo modelo de red inalámbrica potenciada por inteligencia artificial, diseñado para multiplicar el valor económico de cada MHz disponible.

La promesa no es menor. Según la compañía, la industria se enfrenta a un aumento de 100 veces en el tráfico móvil asociado a la IA, lo que obliga a repensar cómo se distribuyen los recursos inalámbricos y cómo se monetizan.

En lugar de expandir infraestructura sin fin, la apuesta está en hacer más con menos, usando IA capa por capa para optimizar el uso de tiempo, frecuencia, espacio y energía. En lenguaje empresarial: más eficiencia espectral, menos costo operativo y una estructura de margen más sostenible.

Lo interesante es que Huawei no está hablando solo de tecnología, sino de modelo de negocio. Con Agentic Service, el fabricante plantea un cambio radical: pasar de las API tradicionales a un formato “intencional”, donde los operadores pueden describir en lenguaje natural qué quieren lograr —mayor capacidad, menor latencia, mejor experiencia— y la red traduce eso en acciones automáticas. Una idea que, de funcionar a escala, podría reducir drásticamente los tiempos de lanzamiento y monetización de nuevos servicios, un punto crítico en un mercado donde cada mes de retraso puede costar millones.

“Al aprovechar la IA de agencia, Huawei ha transformado las complejas llamadas API tradicionales en un modelo de intención como servicio… permitiendo a los operadores monetizar eficientemente sus capacidades de red.”

Ese concepto de “intención” parece trivial, pero encierra una jugada mayor: llevar la inteligencia a la capa más rentable de la red, donde se decide la asignación de recursos y la experiencia del usuario. En otras palabras, convertir lo que antes era un costo fijo —el mantenimiento de la red— en una fuente de ingresos variable y flexible.

Y ahí entra la colaboración. Huawei no quiere hacerlo solo. Con AGLink, su nueva interfaz multiagente, busca definir junto a los operadores estándares para las llamadas interfaces A2A-T dentro del TM Forum y el 3GPP, el corazón regulatorio del ecosistema global de telecomunicaciones. Si esos estándares se consolidan, la adopción de redes inteligentes podría pasar de ser una ventaja competitiva a un requisito estructural.

“Huawei colaborará con los operadores para definir estándares para las interfaces de intención y promover la estandarización de las interfaces A2A-T dentro del TM Forum (TMF) y el Proyecto de Asociación de Tercera Generación (3GPP).”

La jugada, en el fondo, no es solo tecnológica: es geoeconómica. Mientras las telcos europeas y estadounidenses siguen luchando por rentabilizar el 5G, Huawei está apostando por una red que se autogestiona, se adapta y se monetiza sola. Una especie de “mercado de inteligencia” donde cada bit no solo se transmite, sino que genera valor adicional.

Si el plan resulta, la industria podría pasar de un modelo de inversión intensiva a uno de optimización inteligente de activos, donde el retorno depende menos de levantar torres y más de entrenar algoritmos.

Tal vez ese sea el cambio de paradigma que las telcos llevan dos décadas esperando: una red que no solo transporte datos, sino que entienda el negocio.