En China lo llaman Golden Week, y aunque suene festivo y dorado, para las empresas que importan desde Asia puede ser un freno en seco. Durante siete días de octubre, fábricas, oficinas y puertos cierran o reducen operaciones, como si de un apagón sincronizado se tratara.
Lo que comienza con una fiesta nacional termina repercutiendo en contenedores varados, inventarios vacíos y balances en rojo al otro lado del planeta.
El dato es contundente: una semana de pausa en China equivale a más de 240 horas de producción detenida y decenas de miles de contenedores que se acumulan en puertos.
Para Colombia, donde buena parte de insumos y productos terminados provienen de Asia, ese paréntesis se traduce en costos de transporte al alza, tiempos de entrega imprevisibles y riesgo de quiebres de stock en sectores tan distintos como tecnología, moda o alimentos procesados.
La postal es clara: barcos sin espacio, aeropuertos congestionados, tarifas que suben como termómetro en pleno verano. Y el mensaje es sencillo: quien no planifique a tiempo, lo paga caro.
Francisco Javier Giraldo, vocero de Anava Logistics, lo dice sin rodeos:
“El Golden Week no es solo una fiesta en China, es un factor que puede frenar negocios en Colombia si no hay planeación logística”.
Por eso, más que un feriado ajeno, el Golden Week debería leerse como una señal de alerta.
Reservar cupos antes del cierre, ajustar inventarios o incluso evaluar rutas multimodales puede ser la diferencia entre tener producto en estantería o mirar anaqueles vacíos. En logística, el reloj nunca perdona.
La lección es que no se trata solo de sortear una congestión temporal. Lo que está en juego es la capacidad de adaptación frente a una economía global que funciona como un engranaje: si una pieza se detiene en China, el movimiento se resiente en todo el sistema.
¿Será que tu empresa ya tiene lista la jugada para octubre, o te cogerá el feriado con la puerta cerrada?