¿Y si 2026 no fuera un año de freno, sino de respiro? La Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) proyecta que la economía crecerá 2,6% en 2025, un ritmo moderado pero superior al de los últimos meses.
No es un salto espectacular, pero sí una señal de que el país empieza a salir del letargo económico.
Según la SFC, el Producto Interno Bruto (PIB) retomará un crecimiento gradual mientras la inflación comienza a ceder.
La inflación esperada para 2025 es de 5,0%, y bajaría a 4,6% en 2026, acercándose lentamente a la meta del Banco de la República. En otras palabras: los precios dejarán de subir tan rápido, aunque el alivio aún no será completo.
“La Superintendencia Financiera proyecta un crecimiento del PIB de 2,6% para 2025, con una inflación promedio de 5,0% y de 4,6% para 2026”, señala el Boletín Macroeconómico No. 26 de la SFC.
El panorama, sin embargo, no es sencillo. El contexto global sigue marcado por tasas de interés elevadas y precios internacionales inestables.
El petróleo WTI, uno de los principales referentes energéticos para Colombia, se proyecta en USD 66 por barril en 2025, un nivel moderado que podría limitar el ingreso de divisas por exportaciones de crudo.
Aun así, la SFC estima que el mercado interno se reactivará gracias a una mejora del consumo y la inversión privada.
La entidad también anticipa que la tasa de política monetaria (TPM) cerrará 2025 en 9,25%, lo que refleja la postura prudente del Banco de la República frente a la inflación. Aunque el crédito seguirá costoso, el organismo prevé que el ciclo de reducción de tasas continuará gradualmente conforme los precios se estabilicen.
“El crecimiento económico estará soportado en la recuperación de la demanda interna y en la moderación de la inflación durante 2025 y 2026”, advierte el documento de la Superfinanciera.
El desafío está en lograr que ese repunte sea sostenible.
El crecimiento del 2,6% sigue por debajo del potencial estimado de 3,5%, lo que indica que la economía aún opera por debajo de su capacidad.
Sectores como la industria y la construcción continúan débiles, mientras los servicios se mantienen como el principal motor del PIB.
El contexto externo tampoco da tregua.
La desaceleración de China, con una producción industrial de 5,2%, y la caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales, limitan las exportaciones colombianas. Por eso, la SFC insiste en fortalecer la productividad interna, la diversificación exportadora y la inversión pública estratégica como pilares del crecimiento.
El mensaje de fondo es claro: 2026 no será un año de euforia, sino de resistencia. Colombia entrará en una fase de equilibrio, con crecimiento moderado, inflación controlada y tasas altas. Una tregua económica: el país no despega a toda velocidad, pero tampoco se detiene.
Y en tiempos de incertidumbre global, eso ya es una buena noticia.