domingo, octubre 12, 2025

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Inflación baja a 5,1% en agosto, la menor desde 2024, con alimentos y educación aún por encima del promedio

¿Bajó la inflación o solo tomó aire antes de volver a subir?
Colombia cerró agosto de 2025 con una inflación anual del 5,1%, el registro más bajo en un año, según el Boletín Macroeconómico No. 26 de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC). Pero detrás de ese número hay una historia de contrastes: el bolsillo respira, sí, aunque algunas categorías siguen encareciéndose más rápido que el resto.

Un respiro leve, pero medible

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 0,19% en agosto, una cifra inferior a la expectativa de los analistas del Banco de la República, que proyectaban 0,20%.
A primera vista, el dato parece una buena señal: el país avanza hacia la normalización de precios después de dos años de alta inflación.

Sin embargo, los economistas advierten que el descenso ha sido más lento de lo esperado. La inflación bajó 1,02 puntos porcentuales frente a agosto de 2024, cuando se ubicaba en 6,12%, pero todavía se mantiene por encima de la meta del 3% del Banco de la República.

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Ciudades en extremos: Santa Marta y Pereira, polos opuestos

La foto cambia según el mapa. Entre las ciudades analizadas, Santa Marta registró la inflación más baja del país (2,11%), mientras que Pereira presentó la más alta (5,97%).
Estas diferencias reflejan dinámicas regionales: mientras las zonas costeras se benefician de menores costos de alimentos y transporte, ciudades intermedias del Eje Cafetero sienten el peso del aumento en servicios y educación.

Educación y salud, los que más pesan en el bolsillo

Por divisiones de gasto, educación fue la categoría que más aumentó sus precios en el último año (7,87%), seguida por restaurantes y hoteles (7,78%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (6,13%).
En contraste, información y comunicación fue la única con variación negativa (-0,85%), mostrando una leve reducción en los costos de telefonía y servicios digitales.

La estructura del gasto deja claro dónde está el dolor: en la mesa, el colegio y el restaurante.
Los hogares de ingresos medios y bajos siguen destinando más de la mitad de su presupuesto a rubros con incrementos por encima del promedio.

“En agosto de 2025, la inflación anual fue de 5,1%. En términos mensuales, la inflación fue de 0,19%, por debajo de la mediana de la encuesta de expectativas del Banco de la República (0,20%)”, señala el Boletín Macroeconómico No. 26 de la SFC.

Una tasa que todavía aprieta

El Banco de la República mantiene su tasa de política monetaria (TPM) en 9,25%, lo que significa que, en términos reales, el crédito sigue siendo costoso.
La decisión refleja prudencia: aunque los precios bajan, la inflación básica (sin alimentos ni regulados) aún no cede al ritmo esperado.
La brecha entre la tasa de interés y la inflación —una tasa real de 4,15 puntos porcentuales— es la más alta desde 2024, lo que busca enfriar la demanda sin detener por completo la economía.

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Contexto internacional: vientos más suaves, pero inciertos

El enfriamiento de precios en Colombia coincide con una tendencia global moderada.
En Estados Unidos, la inflación de agosto fue del 2,9%, y en la Eurozona, del 2,0%. Aun así, los bancos centrales mantienen cautela: el ciclo de recortes de tasas apenas comienza y el riesgo de rebrotes inflacionarios sigue latente.

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La SFC advierte que los precios internacionales del petróleo, los alimentos y los fertilizantes han mostrado variaciones mixtas, lo que podría impactar la inflación local en los próximos meses, especialmente si la demanda interna se mantiene firme.

El fondo del asunto: una calma que no se confía

El descenso de la inflación a 5,1% es, sin duda, una buena noticia para los hogares y para el Gobierno, que ve cómo el poder adquisitivo recupera terreno. Pero el reto sigue siendo consolidar la tendencia a la baja sin frenar el crecimiento ni afectar el empleo.

En economía, los números rara vez mienten, pero suelen tener doble filo.
Por ahora, Colombia respira un poco más tranquila, aunque la inflación —como el clima en Bogotá— puede cambiar de humor en cualquier momento.

¿Será este el inicio de la estabilidad o solo una pausa en la tormenta de precios?