La ANDI activa una respuesta inédita que mezcla innovación social, articulación público-privada y enfoque preventivo.
Hasta hace poco, hablar de dengue era evocar campañas informativas, brigadas sanitarias o jornadas de fumigación. Pero el juego cambió. En Cartagena, el sector empresarial decidió romper el molde y dar un paso al frente con una propuesta tan audaz como urgente: una campaña de vacunación masiva contra el dengue, impulsada desde la ANDI, que arranca con una inyección económica de $1.000 millones y un objetivo claro: proteger a más de 20.000 niños en la ciudad.
No es filantropía de ocasión, es estrategia de país. “La salud pública no puede ser solo tarea del Estado; cuando el tejido empresarial se activa, se aceleran soluciones colectivas”, señaló Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, durante el anuncio oficial junto al DADIS. Lo dijo con convicción, como quien entiende que la innovación social también nace en las juntas directivas.
Y es que cuando las cifras preocupan —Cartagena vive su peor brote de dengue con casi 4.000 casos en lo que va del año y un aumento del 525% frente a 2024— las respuestas convencionales se quedan cortas. Por eso, esta iniciativa conjuga diseño estratégico con una articulación público-privada inusual pero poderosa: ANDI, Fundación ANDI, el colectivo TRASO y el DADIS, sumando esfuerzos para llevar vacunas a donde más se necesitan.
La meta total es ambiciosa: $4.000 millones. Pero más allá de la cifra, lo que destaca es el modelo. Empresas que donan, entidades que coordinan, instituciones públicas que priorizan, y un bien común que se pone al centro. “Esta campaña es una demostración de cómo la innovación social puede tomar forma en tiempo real, desde la urgencia y con impacto escalable”, subrayó Rafael Navarro, director del DADIS.
¿El antes? Una ciudad golpeada por el brote más feroz de dengue en su historia reciente.
¿El después? Una comunidad movilizada, vacunación escolar focalizada, y un sector privado que entiende que cuidar vidas también es construir futuro.